EL LEÓN DORMILÓN.
Era un león muy vago que nunca salía a cazar, ni se ganaba la vida como los demás leones de la manada.
Siempre esperaba a que los demás trajeran la comida y le pusieran todo por delante.
Dormía horas y horas, por no decir que no hacía otra cosa más que eso.
En cambio, su hermano siempre hacía las tareas y cazaba y colaboraba en los trabajos con los demás leones.
Un día reconocieron el trabajo de los leones más trabajadores ofredciéndoles una gran comilona de caza fresca.
Él, esperando su comida y viendo que no llegaba, asomó para ver que ocurría.
De que vio que los que siempre trabajaban estaban hartándose de comer lloraba desconsolado lamentándose por todo lo que no había echo antes, y por tanto no tener su recompensa.
Entonces comprendió el león, que el trabajo es algo duro, y solo si te sacrificas tendrás recompensa.
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